lunes, 28 de enero de 2013

Mala dieta lleva a infarto cerebral

Comer muchas grasas, especialmente aquellas que contienen las galletas y los panecillos pueden aumentar considerablemente el riesgo de un infarto cerebralpara las mujeres de más de 50 años
El estudio es el mayor hecho sobre los riesgos de infarto cerebral en las mujeres y entre todos los tipos de grasa. Los resultados obtenidos demuestran una tendencia clara: aquéllas que comieron más grasa tenían un riesgo 44% mayor de sufrir los tipos de infartos cerebrales más comunes en comparación con aquellas que comían menos.
“Es un aumento muy fuerte que se puede evitar”, dijo el doctor Emil Matarese, especialista en derrames cerebrales en el centro médico de Saint Mary en Langhorne, Pensilvania.
“Lo que es malo para el corazón es malo para el cerebro”.
Matarese revisó el proyecto, pero no estuvo involucrado en su realización. La investigación fue presentada en una conferencia de la Asociación Estadounidense del Infarto Cerebral y se llevó a cabo con 87 mil 230 participantes dentro de la Iniciativa por la Salud de la Mujer, un estudio creado con fondos federales, famoso por revelar los riesgos de salud relacionados con el uso de píldoras de hormonas para tratar los síntomas de la menopausia.
Precisamente antes de llegar a la menopausia las mujeres tienen menos riesgo de padecer un derrame cerebral en comparación con los hombres de la misma edad, pero esto comienza a cambiar pues cada vez más mujeres luchan contra la obesidad y otros problemas de salud.
Después de la menopausia el riesgo de un infarto cerebral aumenta y la aparente ventaja de las mujeres sobre los hombres desaparece dijo el doctor Ka He, especialista en nutrición y principal autor del estudio de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.
He y otra investigadora, Sirin Yaemsiri, querían descubrir si la grasa en la dieta cambiaba las posibilidades de padecer un derrame.
Las participantes en el estudio, de 50 a 79 años de edad, describieron detalladamente sus dietas cuando comenzaron a realizarlo. Los investigadores las clasificaron en cuatro grupos de acuerdo con cuánta grasa consumían y las revisaron siete años después para ver cuántas habían tenido un derrame causado por arterias tapadas que irrigan la sangre del cerebro, el tipo más común.
Entre las participantes ocurrieron 288 infartos cerebrales en aquellas que consumían más grasa al día (95 gramos), ante 249 infartos cerebrales en el grupo que consumía menos grasa (25 gramos), dijo Yaemsiri en la conferencia.
Los investigadores encontraron 30% de riesgo mayor entre las mujeres que consumían más grasas “trans”, como las que hay en la margarina, los alimentos fritos y las galletas.
Dra. Wendy Noemí López Álvarez.
Dr. Christian Noe Anaya Ramirez
Medico Easycard.


lunes, 21 de enero de 2013

Daño cerebral secundario al consumo de alcohol.


En la revista Journal of Neuroscience, publicaron un nuevo descubrimiento relacionado con los mecanismos de neurotoxicidad que produce el consumo de alcohol.
Este trabajo logra demostrar que la neurotoxicidad del alcohol se debe a la activación del sistema inmunitario innato en el cerebro, que promueve compuestos inflamatorios que serían los responsables del daño neural.
Según el estudio, el alcohol activa unos receptores denominados “toll-like” o “TLRs”, proteínas ancestrales responsables de la respuesta inmune innata y de la defensa contra las infecciones.
Estos receptores se encuentran en las células del sistema inmune, reconocen a un gran número de agentes patógenos y su interacción provoca una rápida respuesta y la producción de compuestos tóxicos e inflamatorios que controlan o eliminan la infección.
Sin embargo, su sobreactivación puede causar inflamación crónica y lesiva.
Tradicionalmente se creía que el cerebro era un órgano privilegiado y protegido del sistema inmune, pero este estudio confirma que también dispone de mecanismos para reaccionar contra las infecciones, como se evidencia en la presencia de estos receptores que se encuentran principalmente en las células gliales.
Las células gliales juegan un papel crucial en la respuesta inmune, liberando citoquinas y actuando de células mediadoras en la inflamación.
Su activación por estímulos tóxicos puede causar respuestas anómalas y contribuir de esta forma a la neurodegeneración y al daño cerebral.
Los resultados sugieren que la neurotoxicidad del etanol está, en parte, mediada por mecanismos de neuroinflamación, igual que ocurre en ciertas enfermedades neurodegenerativas.
De hecho, diferentes estudios han demostrado que estos receptores también están implicados en patologías como el Parkinson o el Alzheimer, también asociadas a procesos inflamatorios.
Dra. Wendy Noemí López Álvarez.
Dr. Christian Noe Anaya Ramirez
Medico Easycard.









viernes, 11 de enero de 2013

¿Movimientos involuntarios?


A los movimientos involuntarios de los músculos de alguna parte del cuerpo se les denomina distonías y son producto de una alteración  del sistema nervioso. Se caracterizan por espamos musculares involuntarios que producen deformaciones o posturas anormales. Es el exceso o falta de tono muscular lo que origina las contracciones y da lugar a torsiones o temblores parecidos a un tic.


Aunque el 80 por ciento de las distonías no tienen una causa definida, algunas de ellas están asociadas a la ansiedad o son resultado de una situación disparadora: una discusión, un asalto, un susto. También la depresión puede detonar los síntomas y pueden ser generados por estados emocionales, así como aumentar o disminuir con la relajación.

Si bien los movimientos son continuos, generalmente desaparecen durante el sueño.

LAS DISTONÍAS SE PUEDEN CLASIFICAR EN CUATRO CATEGORÍAS:
1. Focal: afecta sólo a un grupo muscular.
2. Multifocal: afecta a dos o más partes del cuerpo.
3. Hemidistonía: afecta a la mitad del cuerpo.
4. Generalizada: al menos una o las dos piernas, más otra región del cuerpo se ven afectadas.

La distonía es cuestión de herencia sobre todo en familias judías Askenázicas y en algunas no judías, y se transmite de manera auto somática (cada niño que tiene un padre o madre con un gen anormal tiene un 50 por ciento de posibilidad de heredar ese gen).
La severidad de la enfermedad puede variar dentro de una misma familia, por ejemplo, la madre afectada puede tener una distonía focal, uno de sus hijos puede tener una distonía generalizada, mientras que otro puede tener una distonía multifocal.

Una de las distonías más comunes es el blefaroespasmo, que es una contracción anormal de los párpados intermitente o sostenida. Toma su nombre de la palabra griega blefaro que significa párpado y de espasmo, que denota una contracción involuntaria del músculo.

Hay dos tipos de blefaroespasmo, el primario para el cual no existe una causa determinada y uno más llamado el secundario causado por un golpe o lesión. En la mayoría de los casos los pacientes presentan el primario.

Entre los síntomas se cuentan: sensación de ardor, parpadeo rápido y frecuente, por lo que es normal que los pacientes acudan al oculista. Pasado el tiempo, el parpadeo se puede hacer sostenido y llegar a interferir con actividades cotidianas como comer o escribir. Llegan incluso a no poder cerrar el ojo y a no ver bien. De acuerdo con los especialistas, el parpadeo intermitente se puede presentar ante cualquier situación, pero se incrementa al conversar, lo que ocasiona que el afectado se sienta mal, se enoje y con ello altere su estado de ánimo, provocando que se deprima o se ponga más ansioso, lo cual empeora el parpadeo.

¿Qué debes hacer ante un diagnóstico de distonía?
Lo primero es consultar a un neurólogo que sea experto en desórdenes de los movimientos quien determinará qué tipo de distonía tienes. Será necesario revisar tu árbol genealógico buscando antecedentes. Aún el más simple “cuello torcido” (tortícolis) debe ser tomado en cuenta, así como cualquier tipo de temblor.

Después se determinará la terapia médica a seguir. Hay muchos medicamentos en el mercado para tratar el problema que pueden ser tomados o inyectados. También se puede considerar la cirugía cuando los pacientes ya no son más receptivos a otros tratamientos. Debe tomarse en cuenta que la cirugía puede perder su efecto a través de los años, pero puede posiblemente proporcionar algún alivio.

Tu actitud hacia la enfermedad será algo determinante para sobrellevarla. Es natural que cuando conozcas la naturaleza del padecimiento pases por varias etapas para aceptarla. Puedes encontrar ayuda aprendiendo de otras personas que padecen la misma enfermedad.

Dra. Wendy Noemí López Álvarez.
Medico Easycard




miércoles, 2 de enero de 2013

¿Colesterol alto?


Muchas personas padecen elevados índices de colesterol en la sangre, un problema que requiere de control médico, sobre todo por las consecuencias que puede tener en nuestra salud. En la mayoría de las ocasiones, una modificación de la dieta y de los hábitos alimenticios, junto con el aumento de la actividad física de manera moderada suelen ser suficientes soluciones para disminuir los niveles de colesterol en sangre. Toma nota de nuestras recomendaciones.


•Dieta: procura reducir las grasas de origen animal (mantequilla, yema de huevo, embutidos, carnes, leche entera) y aumentar la cantidad de hidratos de carbono en la dieta (legumbres, pasta, cereales). Toma más fibra vegetal y, además, limita la cantidad de alcohol y bebe mucha agua.


•Régimen de vida: intenta mantener el peso ideal y evitar la obesidad. Además, haz ejercicio físico habitual, casi a diario. El ejercicio aeróbico (natación, bicicleta, ‘footing’, paseo) es el más recomendado.


•Medicación: sigue las instrucciones de tu médico y no las abandones si estás bajo tratamiento; eso sí, no debes confiar todo a los fármacos,así que no dejes de lado la dieta.



•Controles: el paciente con el colesterol alto debe ser controlado periódicamente por un médico especialista. Por lo menos una vez al año debe realizarse pruebas analíticas y vigilar su situación cardiovascular periódicamente.



Dra. Wendy Noemí López Álvarez.
Medico Easycard.